Cenote es un término que solo se utiliza en Méjico, proviene de la palabra maya «dzpnot» y significa «abismo». Son pozos de agua dulce creados por la erosión de la piedra caliza predominante en toda la península de Yucatán. Son ensanchamientos de complejas redes fluviales subterráneas. Para los mayas, estos cenotes eran sagrados, convirtiendo la mayoría de estos pozos subterráneos en lugares de ritos donde practicaban sacrificios humanos.
Para los que practicamos el submarinismo los cenotes representan «lo distinto». Cuando tienes la insensatez de meterte en uno de estos Cenotes y recorrer parte de sus ríos subterráneos, el concepto de buceo recreativo se te hace pequeño. Te sientes alguien especial, cuando sales de tu inmersión sientes la satisfacción de haber hecho algo grande y sientes que has alcanzado un control absoluto sobre aspectos de ti mismo que desconocías.
Momento previos a tu inmersión, mientras te pones el neopreno y preparas tu botella, no puedes evitar ese puntito de «miedo» no puedes dejar de repetirte, voy a hacerlo… no voy a abandonar… intentas disimular para que tus compañeros de buceo no se den cuenta de ¡¡ que estas a punto de arrepentirte ¡¡ . Todas estas sensaciones vividas en un escenario Maya y envuelto por la vegetación de la selva, hacen del momento un verdadero ritual.
No hace ni una semana que hemos vuelto de Yucatán (Méjico) y ya estoy pensando cuándo podremos volver. Es nuestro tercer viaje a este paraíso, en otras ocasiones hemos buceado en Akumal, cualquier inmersión en las aguas del Caribe es superior, tortugas, mantas rayas, tiburones, etc., pero nunca me atreví a bucear en un Cenote. En este, mi último viaje, he conseguido controlar mis miedos, he conseguido renovar mis ganas y mi pasión por este deporte que solo los que lo practicamos sabemos lo especial que es.
He saltado al Cenote «Dos Ojos» y me he sumergido en sus aguas sagradas, tan cristalinas que me olvide que a veces, la oscuridad me da miedo…
Os dejo el vídeo de la inmersión